Al Mallorca le faltó el 'Kun' Agüero

El Atlético volvió a la senda del triunfo. Tras cuatro partidos seguidos sin ganar en esta Liga BBVA, los rojiblancos sumaron tres puntos de una tacada. Sin embargo, los fríos números no deben servir para ocultar la realidad. Los atléticos confirmaron que dependen en exceso del Kun. Sin el argentino se convierten en un equipo mediocre y con él son capaces de decidir los partidos que les enfrentan a rivales inferiores. Pero de juego, nada de nada. Son alarmantes las lagunas que tiene este equipo en defensa y en el centro del campo. El Mallorca, en cuanto apretó el acelerador, generó más ocasiones que el Atlético, pero le faltó contar con un Agüero que las transformara. De cara al complicado compromiso que le espera en Anfield, Aguirre debería corregir esos desajustes porque Gerrard y compañía les pueden sacar los colores.

Regresaba el Atlético al Calderón tras la locura del Vila-real y el triunfo copero en Orihuela que parecían haber calmado las aguas de la crisis. La presencia de un Agüero descansado tras dos partidos sin pisar el césped servía para tranquilizar al personal. Sin embargo, los primeros compases acabaron con esa calma tensa. Los aficionados, que ya no perdonan ni una, la tomaron con Perea y Pernía, una vez más poco acertados. Lo que tenía que ser el inicio de la reconciliación empezaba a resquebrajarse. Más lo pudo hacer cuando Heitinga se unió al festival de errores de sus compañeros y tiró mal un fuera de juego dejando a Aduriz mano a mano con Leo Franco. Pero a los asistentes en el Calderón se les nubla la vista y el de Fernández Borbalán invalidó la correcta posición del vasco.

La cosa se complicaba para los locales, pero cuando cuentas con el poderío ofensivo que tiene Aguirre en su once hasta jugando rematadamente mal puedes ganar. Así, en una perfecta combinación entre Maniche y Forlán, el uruguayo dejaba de cabeza para el Kun, que solo ante Moyá, le hacía un sombrero con destino a la red. Por fin le salía el golazo que tanto buscó ante Iker Casillas en el pasado. El Calderón, que registró algo más de media entrada, se rendía ante su ídolo con esos gritos de 'Kun, Kun, Kun' que para la UEFA son motivo de racismo y se traducen en un partido de sanción a puerta cerrada y un periodo de vigilancia de dos años. Cosas de Platini.

El partido entró en un periodo de incertidumbre. El Mallorca trataba de recuperarse del golpe y el Atlético se lo pensaba. Pero Antonio López, el mejor de la zaga, se encargó de terminar con las dudas. El lateral desbordó por la derecha, se metió hasta la línea de fondo por el área y se la puso a Forlán. El uruguayo le pegó mal, pero su disparo fallido se convirtió en una asistencia para Agüero, que sólo tuvo que empujarla entre defensas y portero.

El descanso sirvió para que Manzano aclarara las ideas de los suyos y para que los rojiblancos terminaran por liar del todo las suyas. En una segunda parte para olvidar por parte del Atlético, el Mallorca se hizo dueño y señor del centro del campo, del que desaparecieron Simao, Maniche y Maxi y en el que nunca parece estar Assunçao, que cada día se asemeja más a los Cléber Santana, Costinha y compañía. El desbarajuste rojiblanco fue tal, que los baleares acumularon ocasiones de gol como para darle la vuelta al marcador y sólo un excepcional Leo Franco pudo evitar que el día de la reconciliación acabara en tragedia.


Aluvión de ocasiones baleares

Nada más pisar el césped tras el descanso, Aduriz estrelló el balón en el larguero tras marcharse de Heitinga dentro del área y Arango obligó a Leo a emplearse a fondo en el posterior rechace. Poco después Mario Suárez cabeceaba fuera un saque de esquina con todo para marcar. El propio canterano rojiblanco probaría los reflejos del meta argentino con un zurdazo desde veinte metros.

La sufrida afición rojiblanca veía cada vez más cerca la tragedia, pero pasaban los minutos y los bermellones no acertaban con la red. A seis minutos del final, Webó tuvo la mejor en sus botas, pero a placer dentro del área pequeña se encontró con la inesperada reacción de Leo, que salvó un gol cantado. Increíble pero cierto. La postrera oportunidad de Aduriz, con disparo al primer palo que sacó el meta argentino culminó un encuentro surrealista en el que las ocasiones y el juego las pusieron los derrotados.



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