El Madrid sigue siendo un volcán. Si en lo deportivo las aguas no bajan del todo tranquilas tras el ridículo que supuso caer ante el Real Unión de Irún (un Segunda B, aunque sea líder de su grupo) en Copa del Rey, en el capítulo extradeportivo hay auténticos maremotos. Ramón Calderón, tras la rueda de prensa ofrecida el jueves por la tarde para calificar de falsas las informaciones de El Mundo y la Cope respecto al uso fraudulento que realiza de la tarjeta de crédito del club, insistió de madrugada, en varias emisoras, en la existencia de una campaña de acoso y derribo hacia su persona.
En declaraciones al programa 'Al primer toque' de Onda Cero, el presidente blanco llegó a afirmar que "varias veces se han detectado coches (siguiendo a Calderón). La policía los abordó y estos señores salieron corriendo. Tenemos las matrículas y se sabe que pertenecen a una agencia de detectives. Era un Mercedes y un Lancia. Ya han estado dos veces. A mí me han hecho fotografías y me han seguido. Yo sé que tengo el teléfono intervenido, pero con eso voy a convivir. A mí no me van a echar de aquí por esa vía. Que no insistan".
Pese a ello, redundó en que toda esta situación no hace sino fortalecerle y en que "cuando me vaya del Madrid no será porque quieran estos señores, sino porque lo querrán los socios. Yo no voy a tirar la toalla".
Y entrando en el terreno personal, el máximo dirigente blanco desmintió los rumores que apuntan a su supuesto divorcio: "Yo llevo 31 años casado con mi mujer. Estoy feliz con ella. Creo que afortunadamente ella está enamorada de mí y yo mucho de ella. Espero vivir toda mi vida con ella. Tampoco por ahí me van a desestabilizar sentimental y emocionalmente. Pero le voy a ser sincero: mi mujer está un poco harta. Hace dos o tres meses, cuando dejó de venir al fútbol, me dijo: yo ya no me siento con fuerzas, al leer que mis hijos son unos chorizos, que roban pisos...". Este fin de semana, su esposa tiene previsto volver a acompañarle en sus viajes, lo que no hace desde hace un par de meses